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domingo, 9 de enero de 2011

Ganaderia Industrial, Pienso Industrial y Dioxinas

Alemania quiere contundencia en el caso de los alimentos contaminados con dioxinas que ha afectado a casi 5.000 establecimientos agrícolas y cuyos productos han sido distribuidos por varios países europeos

Cuando el beneficio económico es el único factor importante para un productor, casos tan graves como el actual de las dioxinas en Alemania no es raro que salgan a la luz con cierta frecuencia. Al fín y al cabo, para una empresa el dinero siempre prevalece sobre el bienestar de los trabajadores, sobre la salud de los consumidores, y no digamos ya sobre el bienestar de los animales, gracias a los cuales (a su explotación) obtienen ese deseado lucro económico.

Y esto ocurre porque desde hace años en la ganadería industrial el animal se ha convertido en un mero factor de producción, así que cuanto más se rebaje el gasto por unidad, mayor será el beneficio a obtener por la empresa productora. Así que con la industrialización de la ganadería los animales son hacinados en condiciones deplorables (cuanto más juntos, menor será la superficie necesaria de la explotación ganadera, y por tanto más rentable), con un régimen de alimentación basada en piensos industriales (más baratos que los cereales) que nada tiene que ver con lo que sería natural y deseable.

En Alemania la alarma sanitaria comenzó la semana pasada cuando se dio a conocer que algunos huevos de granjas alemanas donde las gallinas comían piensos con esas dioxinas habían sido contaminados, y las autoridades dijeron que habían descubierto que algunos alimentos para aves y cerdos habían sido contaminados desde marzo.

Las operaciones en 4.700 establecimientos agrícolas alemanes fueron cerradas y miles de gallinas sacrificadas en ocho estados alemanes, en un intento por impedir que los suministros alimentarios sean contaminados por el pienso afectado que llegó a establecimientos de aves de corral y criaderos de cerdos.

¿QUÉ SON LAS DIOXINAS?
Las dioxinas son compuestos muy tóxicos formados en la quema de desperdicios y en otros procesos industriales, que han resultado muy nocivas para mujeres embarazadas y contribuyen a aumentar las probabilidades para cualquier persona que las ingiera de padecer cáncer. En este caso las dioxinas han pasado a la cadena de producción de alimentos al utilizarse aceites de uso industrial en la fabricación de piensos destinados al consumo animal.

REACCIONES EN ALEMANIA
Alemania pidió el domingo una fuerte acción legal contra los responsables de contaminar alimentos con dioxinas cancerígenas que ha llevado a la prohibición de algunos productos agrícolas. La ministra de Agricultura, Ilse Aigner, describió la conducta que provocó que niveles excesivos de una toxina química entrase en la alimentación animal de "acto criminal".

"Este es un gran revés para nuestros granjeros. Han sido arrastrados a esta situación por las enfermizas maquinaciones de unos pocos", dijo en una entrevista con el diario Bild am Sonntag. "Es difícil librarse de la sospecha, dado lo que sabemos hasta ahora, que esa energía criminal se combinó con una alarmante falta de escrúpulos. El poder judicial debe actuar con dureza".

Los fiscales alemanes que investigan a la compañía responsable de contaminar los piensos con dioxinas ya han dicho que pueden presentar cargos criminales contra la empresa, un distribuidor de aceites para la producción de piensos animales conocido como Harles und Jentzsch.

El sábado, la ministra de Agricultura alemana dijo que los excesivos niveles de dioxina se habían hallado también en algunas granjas alemanas de ave de corral, aunque la carne de pollo contaminada no fue vendida y las gallinas en cuestión fueron sacrificadas y sus cuerpos destruidos.

REPERCUSIÓN INTERNACIONAL
La alerta ha causado también prohibiciones temporales a la importación de carne alemana y productos de ave de corral en Corea del Sur y Eslovaquia, y una caída de la demanda de huevos. Un sondeo de Bild am Sonntag indicó que uno de cada cinco alemanes estaba evitando sus estimados huevos pasados por agua en el desayuno.

Bild am Sonntag también dijo, sin citar fuentes, que el estado de Baja Sajonia preveía que decenas de miles de cerdos habían resultados contaminados por los piensos. Las autoridades agrícolas regionales no respondieron por el momento a los requerimientos para más detalles.

Corea del Sur, que importó un total de 6.266 toneladas de cerdo alemán en 2010, dijo no obstante que los productos ganaderos importados desde Alemania no habían mostrado signos de contaminación.

Autoridades y organizaciones de agricultores han reclamado daños y perjuicios para las granjas que se han visto obligadas a suspender sus ventas, pero la ministra Aigner expresó el domingo sus reservas. "Sería un error iniciar una carrera por las reclamaciones", dijo en declaraciones publicadas por Frankfurter Allgemeine Sonntagszeiting.

AUMENTA LA DEMANDA DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
Mientras en Alemania ha aumentado exponencialmente la demanda de productos ecológicos, que no utiliza pesticidas ni piensos industriales en la cria de animales. Esperemos que no hagan falta más sustos como éste para que los consumidores nos decantemos por el producto ecológico, que es siempre una garantía de salud y sostenibilidad.

(*) Fuente de la noticia y parte de la redacción: Agencia Reuters

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lunes, 22 de septiembre de 2008

Alemania se mueve mejor

Almudena de Cabo Tejerina nos cuenta desde la sección de Medio Ambiente de SOITU.ES las restricciones que ya se están aplicando en Alemania a los vehículos más contaminantes para su acceso a las ciudades, en un interesante artículo que lleva por título Transporte urbano a la alemana.

Alemania siempre ha sido un país concienciado con el medio ambiente. Sus habitantes son conocidos por usar la bicicleta para ir al trabajo en lugar del coche y por su respeto y orgullo hacia todas las zonas verdes que inundan las ciudades alemanas y que te hacen sentir por un momento que estás en plena naturaleza en lugar de en una gran ciudad.

Siguiendo esa línea ecológica y medioambiental de sus habitantes, el Ministerio Federal de Medio Ambiente Alemán impulsó una ley para evitar que los coches con altas emisiones contaminantes pudieran entrar en el centro de las ciudades con mucho tráfico.

Como Alemania es un estado federal, cada 'Bundesland' o Estado Federal decide si introducir esa medida en sus ciudades o no. En el caso de Berlín, la ley entró en vigor el pasado mes de enero, al igual que en otras ciudades como Hannover o Dortmund, a las que las siguieron muchas otras como Stuttgart, Mannheim o Colonia. Y a partir de octubre, también Frankfurt se apuntará al grupo de ciudades con zona medioambiental.



La medida consiste en delimitar el centro de la ciudad como zona medioambiental y hacer obligatorio que todos los coches que entren en ella lleven una pegatina en el parabrisas donde se especifique qué nivel de emisiones emite el coche. Las pegatinas se dividen en tres grupos. La pegatina roja, con el número dos, significa que el coche pertenece al grupo contaminante dos, en el límite de lo permisible. El grupo contaminante tres se distingue por una pegatina de color amarillo con el número tres y la pegatina para el grupo contaminante cuatro es verde, estos últimos pertenecen al grupo menos contaminante. La normativa facilita además,una lista de catalizadores reglamentarios que deben poseer los vehículos para obtener una u otra pegatina.

El distintivo medioambiental cuesta cinco euros, es válido para toda Alemania y se obtiene en oficinas de inspección técnica o talleres habilitados. Su uso es obligatorio si se quiere entrar con el vehículo en el centro de determinadas ciudades alemanas. En el caso de Berlín, la zona medioambiental es toda la parte del interior de la línea circular de tren del 'S-Bahn Ring', es decir, todo el centro de la ciudad, por lo que todo aquel que desee entrar dentro del perímetro medioambiental debe conseguir la pegatina previamente si no quiere tener que pagar una multa de 40 euros. La norma se aplica por igual a todo el mundo, incluidos los extranjeros de visita en la ciudad.



La medida afecta sobre todo a vehículos construidos entre 1980 y principios de los 90 que son los que en principio exceden el nivel máximo permitido de emisiones para obtener alguna de las pegatinas. Pero a partir del uno de enero de 2010, la zona será más restringida y en el centro de Berlín sólo podrán circular vehículos con la pegatina verde del grupo 4. De esta manera se pretende reducir la emisión de gases en el centro de la ciudad.

Aunque muchos berlineses se muestran favorables a la delimitación de una zona medioambiental en el centro de la ciudad, hay muchas voces en contra que opinan que sólo conseguirán reducir la emisión de gases entre un dos y un tres por ciento y que el coste económico, por el contrario, ascenderá a cientos de euros. Muchos propietarios de coches antiguos que no superan el examen critican que instalar un catalizador reglamentario supera con creces el valor del mismo. Sin embargo, a pesar de ese sector crítico, los berlineses ven con buenos ojos esta medida y creen que es un pequeño paso hacia delante en el camino de la protección del medio ambiente.

Alternativas al coche privado

Siempre se pueden hacer mejoras en las ciudades para conseguir una movilidad sostenible, sólo hay que fijar la mirada en otras ciudades europeas. En el caso de Berlín, la ciudad cuenta, además de la zona medioambiental, con una amplia red de carriles bici que anima a que los habitantes de la ciudad utilicen este medio como transporte alternativo al coche para ir al trabajo o para salir de fiesta. Cuentan con todo un sistema adecuado a ellos: semáforos especiales de bicis, vagones en los trenes para transportarlas, zonas habilitadas de aparcamiento y sobre todo y lo más importante, suelen contar con el respeto de los conductores de los demás vehículos.

sarah aus Berlin (flickr)

Para los más vagos y reacios existen bici-taxi que les llevan a donde quieran y para los que se encuentren de visita en Berlín existen multitud de tiendas de alquiler de bicis e incluso bicicletas de la 'Deutsche Bahn' que se encuentran distribuidas por toda la ciudad y que con sólo llamar al número de teléfono que aparece en ellas se pueden alquilar por horas y dejarlas donde quieras.

Además, el transporte público, a pesar de ser algo caro si lo comparamos con los precios de la ciudad, es muy eficiente aunque algo antiguo en algunas zonas. Berlín cuenta con una red de tren, metro, bus y tranvía que funciona 24 horas el fin de semana y con la posibilidad de comprar un billete económico de trayecto corto si sólo se va hasta cuatro paradas. Sin embargo, para aquellos que piensen que 2,10 euros para la zona centro AB es algo caro pueden comprarle el billete a algunos de los punkarras que se encuentran en el andén revendiendo billetes que les han dado otras personas que ya no los necesitaban, porque el billete del transporte público dura dos horas siempre y cuando vayas en la misma dirección. De esta manera, sino vas muy lejos, siempre puedes ahorrarte la mitad del coste y darle el dinero a ellos en vez de a la 'Deutsche Bahn'.

Y para aquellos que tengan planeado hacer un viaje largo, pueden optar por el "Schöne-Wochenende ticket" (billete de fin de semana) que por 35 euros te permite coger todos los trenes regionales que quieras durante un día, siempre que sea fin de semana como bien dice su nombre. Con el mismo billete de tren pueden viajar hasta cinco personas sin pagar extra. Es decir, que por siete euros puedes cruzar de un lado a otro de Alemania subiendo y bajando tantas veces quieras de los trenes.

La otra alternativa barata para viajar es compartir coche. En Alemania existen numerosas páginas de internet donde la gente escribe cuando sale de viaje, a dónde se dirigen y cuántas plazas libres tiene el coche y el que esté interesado sólo tiene que coger el teléfono y llamar. De esta manera se comparten los gastos de la gasolina y se disminuye el número de coches en circulación. Es una medida muy popular sobre todo entre los jóvenes.

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