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miércoles, 11 de enero de 2017

Un discurso valiente


El de Meryl Streep no es un discurso valiente, es la obviedad cumpliendo servicios mínimos en campo propio frente a un espantapájaros relleno de billetes. Valiente es -guste o no- el de Guillermo Toledo, siempre en campo contrario, siempre extranjero, un loco soplando solo frente al viento de los incuestionables.



Estados Unidos es un país curioso... Cuando Obama se presentó a las elecciones se le tachó de "comunista" desde el bando republicano. Sin embargo recientemente en una visita a Alemania Obama declaró ante los medios que "si fuera alemán, votaría a Merkel".

Pero, ¿quién en Hollywood se atreve a criticar a Obama con lo bien que baila y lo simpático que es? Ha demostrado ser mucho mejor actor que Trump, el premio nobel debería haber sido por su actuación antes que por lo de la "paz" (uf)...

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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Obama decepciona e incumple sus promesas

Duras críticas a Obama en EEUU por su postura sobre el cambio climático

La decisión del presidente de EEUU, Barack Obama, de admitir que no habrá tratado posible en Copenhague ha desencadenado una oleada de críticas en su país.

"Está claro que Obama no ha tenido la voluntad de invertir seriamente su capital político en la lucha contra el cambio climático", declaró a EL MUNDO Bill McKibben, autor de 'El fin de la naturaleza' y fundador de la campaña 350.org.

McKibben considera también en gran parte responsable a Obama del retroceso de la opinión pública en los últimos meses: "El presidente no ha sabido trasmitir la urgencia real del problema a los norteamericanos... Pero está claro que los ciudadanos van por delante de sus líderes en muchos puntos del planeta. Esperamos que las presiones de Europa y de los países en desarrollo más vulnerables den sus frutos de aquí a la cumbre de Copenhague".

En el mismo sentido se expresó Dan Becker, director de la campaña Safe Climate Campaign, en declaraciones al 'New York Times'. "¿El 'impasse' actual ha sido culpa de EEUU?", se pregunta Becker. "Por supuesto, aunque hay otros responsables también... Tenemos la obligación y la capacidad para liderar en este asunto. Cuanto más lo retrasemos, más extremas serán las medidas que tengamos que adoptar".


PROMESAS INCUMPLIDAS

"El retraso no es una opción..." La proclama del entonces candidato Obama en plena campaña, cuando prometió una reducción de emisiones de CO2 del 20% en el 2020 y del 80% en el 2050, afloraron este lunes, en claro contraste con lo que dijo a su paso por la cumbre del APEC en Singapur, donde admitió que "no es realista" pensar que habrá un tratado en Copenhague.

Para Jake Schmidt, responsable de cambio climático en el influyente Consejo Nacional para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), la decisión de Obama servirá sin embargo "para ganar un tiempo extra beneficioso", lograr probablemente la aprobación de la ley del cambio climático en el Senado y acudir con impulso renovado a la cumbre post-Compenhague que se celebrará en el 2010.

Al Gore, que hasta el pasado fin de semana mantenía las esperanzas de un acuerdo en Copenhague, no se ha pronunciado aún sobre la decisión de Obama. El ex vicepresidente está manteniendo sin embargo la presión sobre el inquilino de la Casa Blanca para que acuda personalmente a la capital danesa y dé una señal inequívoca de compromiso y liderazgo ante el cambio climático.

(*) La ilustración es de Gatoto, y la noticia de Carlos Fresneda, corresponsal del diario El Mundo en Nueva York

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miércoles, 10 de junio de 2009

¿Crisis económica o crisis ecológica?

La crisis económica analizada como consecuencia de una crisis generalizada de los recursos en un planeta agotado

Hay crisis. Todos hablan de ella. A todos nos afecta. Todos coinciden en que es grave. Pero nadie acaba de explicarnos bien lo que pasa. Los analistas académicos hablan como si sufriéramos una fiebre más o menos pasajera, un desajuste del sistema que se solucionará con alguna receta.

Pero hay otras voces. Economistas, sociólogos, pensadores de diversos ámbitos que opinan que estamos ante algo más que un desarreglo de los mercados financieros. ¿Qué crisis es ésta? Para muchos, más que una crisis económica es una crisis ecológica: no hay planeta suficiente para mantener el ritmo de vida que llevamos. El modelo de crecer y gastar, usar y tirar, explotar y contaminar llega a su fin.

«Aunque tengamos la mirada puesta en la debacle de los mercados financieros, la convulsión que estamos experimentando denota mayor hondura, remitiéndonos a los modos de producir, consumir y vivir hoy predominantes en el planeta», afirma Santiago Álvarez, director del Centro de Investigaciones para la Paz, en el último número de la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global.

Reputados pensadores como el economista estadounidense Jeremy Rifkin atacan sin piedad ese «modo de producir» al que se refiere Álvarez. Para Rifkin, la segunda revolución industrial, cimentada en el petróleo, el automóvil y la centralización de la electricidad llegó a su colapso a finales del siglo XX. La burbuja crediticia reciente fue un falso intento de mantener con vida un sistema muerto.

El experto estadounidense no está solo ni mucho menos. En su artículo en 'Papeles', Santiago Álvarez, catedrático de Economía Internacional y Desarrollo, recuerda que la crítica ecológica a la economía es «algo que se viene comentando desde hace más de tres décadas. La novedad es que ahora está en boca de muchos más». Álvarez escribe: «Anthony Giddens ha advertido sobre la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida señalando que los debates sobre la manera de conseguirlo son ya la preocupación fundamental de la política actual. El premio Nobel de Economía Paul Samuelson ha afirmado que esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo».

Foro sobre la crisis

En realidad, son muchos los ámbitos en los que se ofrecen otras visiones. El mes pasado, por ejemplo, la Fundación Banco Santander organizaba un foro titulado Economía y sostenibilidad donde diversos expertos debatieron sobre lo que la convocatoria definía como triple crisis: del agua, de los alimentos y de la energía. El encuentro fue la demostración de que el discurso sobre la sostenibilidad incumbe ya de la Filosofía, la Sociología o las ciencias Políticas. Lo ambiental, o lo ecosocial, son ya materia de estudio.

Uno de los ponentes del foro del Santander fue Fernando Arribas, doctor en Filosofía y profesor de Historia e Instituciones Económicas en la Universidad Rey Juan Carlos. Según él, es difícil decir si ésta es una crisis sistémica o no. «Mientras que el discurso marxista siempre ha considerado que el capitalismo es un sistema en crisis o enfermo desde su propia raíz, el pensamiento liberal-económico entiende las crisis como algo propio del sistema, cíclico y superable. Sea como sea, lo que sí está claro es que hemos llegado a un nivel insostenible en la explotación de los recursos y en la capacidad del planeta de prestar servicios ambientales», considera Arribas. Desde su punto de vista, los individuos tenemos la capacidad de tomar decisiones apropiadas, pero colectivamente solemos equivocarnos. Como sociedad consumista que somos, viene a decir Arribas, nos estamos acercando al abismo.

Hay una cuestión de fondo en todo este debate que consiste en definir bien las relaciones entre la economía y la ecología. La teoría tradicional no ha tenido en cuenta que los mercados actúan sobre una base real, la de un planeta finito y con recursos limitados. En realidad, la economía es una parte de la ecología, y no al revés. Para Luis Jiménez Herrero, director del Observatorio de la Sostenibilidad en España, una economía que pretende crecer indefinidamente en un planeta de recursos limitados está abocada al colapso. Y recuerda que hace tiempo que las corrientes de la Economía ecológica, la Economía ambiental y la Bioeconomía manejan esos conceptos.

Economía ecológica

Lo que ocurre ahora es que la realidad empieza a dar la razón al ambientalismo El profesor Óscar Carpintero, experto en Bioeconomía, opina: «Crisis económica, sí, pero también ecológica y social. Necesitamos acometer profundos cambios en los enfoques con que analizamos las relaciones entre la economía, la naturaleza y la sociedad, en el modelo de producción y consumo de la civilización industrial y en sus reglas de juego».

Ese es el asunto. Si esta crisis es una crisis ecológica, ¿cómo salir de ella? Los expertos proponen: incluir los servicios que presta el medio ambiente en las cuentas económicas, que no suelen reflejarlos. Entender que el PIB no mide el bienestar, sino el flujo de bienes y servicios y, por tanto, dejar de vivir como si fuera el único objetivo. Apostar por el decrecimiento, por la calidad frente a la cantidad. Diseñar un sistema productivo que respete los ciclos naturales de renovación de materiales y energía y vaya hacia el residuo cero.

¿Será ese 'green new Deal' que Obama propone? El profesor Fernando Arribas no está seguro de si Obama es «ese Roosevelt verde que algunos quieren ver». «Lo que está claro», afirma, «es que necesitamos uno».

OTRAS VOCES

Jorge Riechmann

El filósofo y pensador ambiental cree que hablar de crisis económica es una simpleza. «Estamos ante una crisis ecológico-social. No se trata sólo de una crisis ambiental, que es evidente, sino de algo mayor donde se entrelazan tres fenómenos. Una crisis climática antropogénica; una crisis energética y una crisis de la biodiversidad», ha declarado en una entrevista para el CIP. «Todo ello tiene que ver con la deficiente inserción de los sistemas humanos en los sistemas naturales».

Eduardo Subirats

«Esta crisis encubre un desorden civilizatorio más profundo», afirma el ensayista barcelonés en el último número de la revista Agenda Viva, editada por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente. "La guerra y el calentamiento global son sus símbolos. Una guerra que se extiende globalmente sin otro enemigo real que el terror y el terrorismo que ella misma sustenta. Y un calentamiento que pone de manifiesto la irracionalidad material de la racionalidad formal de la civilización mundial».

María Novo

En Agenda Viva, la titular de la cátedra Unesco de Desarrollo Sostenible de la UNED afirma: «No podremos salir de la crisis con el mismo modelo que nos trajo a ella. El mercado global tal y como existe actualmente, es el gran enemigo de la sostenibilidad. Si algo nos ha conducido a esta situación es la búsqueda de un crecimiento económico ilimitado. La economía es un subsistema del sistema Tierra y no puede crecer indefinidamente en su interior sin comportarse como un cáncer.

Joan Martínez Alier

El catedrático de Economía de la Autónoma de Barcelona escribe en la revista Ecología política: «La economía tiene tres niveles. Está el nivel financiero que toma prestado contra el futuro. Por abajo está lo que los economistas llaman la economía real o la economía productiva. Pero en el tercer nivel está la economía real-real de los economistas ecológicos, es decir, flujos de energía y materiales, con límites físicos. Ahora no sólo hay límites en los recursos, sino también en los sumideros: el cambio climático es un ejemplo».

Víctor M. Toledo

«Dos fenómenos encabezan esta crisis de civilización: el calentamiento global y el fin de la era del petróleo», escribe el pensador mexicano en la revista del CIP. «Ahora debemos agregar la crisis provocada por la voracidad del capital. Todas son la expresión de un intrincado conjunto de procesos cuyo devenir ha durado varias décadas. La crisis de civilización que hoy vive el mundo contemporáneo sólo será superable bajo esquemas teóricos renovados y mediante acciones políticas de nuevo cuño».

José Manuel Naredo

El economista, autor de obras como Raíces económicas del deterioro económico y social declara en una entrevista a la revista Ecología política: «Lo que se llama �producción del petróleo no es más que su extracción. Se extrae para luego disipar, quemar o gastar. El término producción funciona como una pantalla que oculta lo que hace la civilización industrial. Oculta que ésta se ha separado por primera vez en la historia de la humanidad de la fotosíntesis y las producciones renovables asociadas».

(*) Noticia publicada por Pedro Cáceres en el diario El Mundo el 9 de junio de 2009

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jueves, 12 de febrero de 2009

La ciencia insta a Obama a actuar ya contra el Cambio Climático

El presidente de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) advierte a Obama sobre la necesidad de actuar lo antes posible para evitar los problemas derivados del cambio climático

Cuatro años. Éste es el plazo del que dispone el presidente de EE UU, Barack Obama, para "salvar el planeta" y evitar el desastre como consecuencia del cambio climático, ha insistido este jueves James McCarthy, presidente de la AAAS (Asociación Americana para el Avance de la Ciencia). Para este prestigioso científico, el planeta tendrá "serios problemas" si el mandatario no toma medidas inmediatamente para actuar contra el calentamiento global.

Este científico ha advertido, en declaraciones recogidas por la cadena británica BBC en su edición digital, de que si no se llevan a cabo reformas políticas para ello durante este primer mandato de Obama, éstas no se desarrollarán nunca."Tenemos ahora mismo una extraordinaria oportunidad, ya que el nuevo presidente se ha posicionado a favor de la ciencia, algo sin parangón en los últimos años", ha declarado el científico en la reunión anual del organismo que preside en Chicago, quien opina que "sin el papel de EE UU, que hasta ahora ha sido profundamente escaso, no llegaremos a donde necesitamos estar".

Para McCarthy, ahora es el momento de diseñar políticas efectivas contra el calentamiento global. "Muchos científicos se preguntan si el presidente Obama se comprometerá con la inversión de la tecnología energética y con el entendimiento del cambio climático. Sería terrible que todas estas buenas ideas fuesen aparcadas", ha insistido.

(*) Fuente de la noticia: diario El País

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martes, 20 de enero de 2009

La hora de Obama

Todo el planeta mira hacia Estados Unidos con la esperanza de que el cambio en la presidencia marque un verdadero cambio en su política medioambiental

Hoy a las 10 de la mañana (hora local de Estados Unidos) Barack Obama asumirá la presidencia del país más poderoso del planeta. La atención y esperanzas de buena parte de la población mundial se fijará entonces en un sólo hombre, seguramente con un interés como nunca antes había ocurrido a lo largo de la historia. Es mucho lo que hay en juego: ha llegado el momento de comprobar si las promesas que le han alzado al poder se materializan forjando un verdadero cambio en la política estadounidense, la cual hasta ahora ha mostrado un escaso compromiso con el medio ambiente.

Obama se comprometió, a pesar de la crisis financiera, a mantener su plan de reducir drásticamente las emisiones para el 2020 para luchar contra el cambio climático. Entre otras cosas Barack Obama ha dicho que "Estados Unidos se involucrará enérgicamente" en las conversaciones contra el cambio climático cuando sea presidente y se comprometió, a pesar de la crisis financiera, a mantener su plan de reducir drásticamente las emisiones para el 2020.

El presidente electo, que ha criticado con regularidad la actitud del Gobierno republicano de George W. Bush hacia el calentamiento global, reiteró sus planes para comenzar un sistema que limite las emisiones de dióxido de carbono para las grandes industrias.

"Estableceremos fuertes objetivos anuales que nos pongan rumbo a reducir las emisiones a su nivel de 1990 para el 2020 y reducirlas en un 80 por ciento adicional en el 2050", dijo en una intervención por vídeo en una reunión de gobernadores de Estados Unidos y representantes de otros países.

"Mi presidencia marcará un nuevo capítulo en el liderazgo de América sobre el cambio climático que reforzará nuestra seguridad y creará millones de nuevos trabajos en el proceso", agregó. "Una vez que asuma el cargo, pueden estar seguros de que Estados Unidos se involucrará vigorosamente en esas negociaciones y ayudará a liderar al mundo hacia una nueva era de cooperación global contra el cambio climático".

Los países europeos han presionado durante años a Estados Unidos para que muestre un mayor liderazgo ante el cambio climático, de manera que China e India, países en desarrollo cuyas emisiones están superando a las del mundo desarrollado, hagan lo mismo.

Aunque los comentarios de Obama reiteran sus promesas de campaña, el momento en que los hace señala su compromiso a asumir objetivos potencialmente dolorosos, a pesar de los problemas en la industria automotriz y a la crisis financiera que está reduciendo la cantidad de empleos.

Obama prometió durante su campaña a la Casa Blanca que crearía un sistema de intercambio de emisiones, similar al de la Unión Europea, que fija límites a la cantidad de CO2 que las empresas pueden emitir y permite que las compañías negocien permisos para contaminar sobre sus cuotas. Ese sistema es conocido como comercio de derechos de emisión.

El presidente electo dijo que sus planes de invertir 15.000 millones de dólares cada año en energía solar, eólica y otros combustibles renovables reducirán la dependencia de Estados Unidos del petróleo del extranjero y mejoraría la seguridad nacional, mientras ayudará al planeta.

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