Mostrando entradas con la etiqueta Selva Amazónica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Selva Amazónica. Mostrar todas las entradas

lunes, 16 de agosto de 2010

La selva amazónica y sus comunidades, amenazadas

Cientos de personas protestan desde hoy y hasta el 20 de agosto en representación de 233 comunidades indígenas contra la construcción de más presas y carreteras en la Amazonía Brasileña

Cientos de indígenas brasileños de todo el país se están congregando para llamar la atención sobre el asesinato de sus líderes, el robo de sus tierras para proyectos industriales y otras amenazas a su supervivencia, según ha informado Survival Internacional.

Así, detalla que la manifestación que tendrá lugar del 16 al 20 de agosto en el estado de Mato Grosso do Sul, al sur de la Amazonia y que se espera que acudan unos 800 indígenas en representación de muchos de los 233 pueblos indígenas de Brasil.

Igualmente, puntualiza que la protesta pondrá de manifiesto el "creciente enfado" entre los pueblos indígenas que se oponen a los planes del Gobierno para construir una serie de enormes presas y carreteras en la Amazonia.

Además, informa de que los organizadores de la protesta son la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil y el Foro por la Defensa de los Derechos Indígenas y que han invitado a todos los candidatos a la próximas elecciones presidenciales.

Por otro lado, señala que los guaraníes han sido "despojados de su tierra" para dejar paso a las haciendas de ganado y a las plantaciones de caña de azúcar. A este respecto, puntualiza que este pueblo indígena registra una de las tasas de suicidio más altas del mundo.

Desde la ONU se ha exigido a los gobiernos que respeten los cánones internacionales de los derechos indígenas. En declaraciones con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, James Anaya (portavoz especial de Naciones Unidas para los pueblos indígenas) dijo que “los pueblos indígenas siguen viendo cómo sus territorios tradicionales son invadidos por poderosos actores que buscan enriquecerse a su costa, arrebatándoles sus recursos vitales”.

La Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas establece importantes principios que los estados deben seguir. Casi todos los gobiernos apoyan ahora estos principios, después de que tanto Australia como Nueva Zelanda retirasen sus objeciones previas este mismo año. Canadá se ha comprometido a apoyar la Declaración antes de que termine 2010, y Estados Unidos también está revisando sus objeciones.

Sin embargo, el James Anaya remarcó que “hoy la Declaración continúa siendo más un recordatorio de lo mucho que nos queda… que un reflejo de lo que realmente se ha conseguido sobre el terreno”. Asimismo añadió que “la fiel implementación de la Declaración debe ser el principal foco de la atención coordinada para los gobiernos en todo el mundo, para la ONU y los demás actores”.

Aunque la Declaración representa unos importantes principios internacionales, desgraciadamente todavía no es legalmente vinculante. Survival desarrolla una campaña para que cada vez haya más gobiernos firmen el único acuerdo internacional legalmente vinculante sobre pueblos indígenas: el Convenio 169 de la Organización International del Trabajo.

Hace pocos meses, la República Centroafricana se convirtió en el primer país africano en firmar el Convenio, y poco después lo hizo Nicaragua. Sólo 22 estados lo han ratificado hasta la fecha.

(*) Fuente de la noticia: EUROPA PRESS y SURVIVAL INTERNATIONAL

Leer más

jueves, 16 de julio de 2009

Just Don't Do It

Greenpeace acusa a marcas como Nike de colaborar en la destrucción de la Selva Amazónica. Mientras, el gobierno brasileño ha aprobado una ley que legaliza la ocupación de 67 millones de hectáreas

¿Qué tienen que ver tus zapatillas deportivas con la destrucción de un ecosistema único y vital para el planeta como es la Selva Amazónica? En el informe que Greenpeace acaba de difundir bajo el título 'Sacrificando la Amazonia' (aquí la versión íntegra en inglés / aquí un resumen en español) se señala con el dedo a marcas de zapatillas como Nike o Adidas por contribuir a la destrucción de una selva de la que también depende la subsistencia de pueblos indígenas como los paracaná.

Resulta que el cuero utilizado por marcas como Adidas o Nike proviene de empresas de Vietnam y China, que a su vez compran este material a compañías brasileñas de vacuno como Bertin, que se abastece en parte con reses criadas en los grandes ranchos ("fazendas") de la Amazonia. Una cadena comercial como cualquier otra en el mundo si no fuera porque la ganadería brasileña es considerada por los grupos conservacionistas como una de las principales causas de destrucción de este paraíso de la biodiversidad: Brasil es el mayor exportador de vacuno del mundo y el 79,5% de todas las áreas en uso de la Amazonia Legal brasileña se utiliza para la cría de reses; donde antes había bosques, hoy se ven pastos sin fin en los que apenas quedan en pie aquí y allí algunas 'castanheiras'.

"La selva lo es todo para nosotros, es nuestro padre, nuestra madre, lo es todo", dice un indígena de la tribu de los paracaná. "No pensamos salir de aquí, es nuestro hogar".

En la web del grupo Bertin, desde hace unos días un comunicado rechaza las acusaciones y asegura que la empresa cumple de forma estricta las leyes brasileñas. Sin embargo, Muggiati no cree tanto en el cumplimiento de las leyes ambientales en la Amazonia, como en otras leyes que considera aquí mucho más eficaces: las del mercado. "Estas marcas tan conocidas también son cómplices de la destrucción de la selva, ellas pueden hacer mucho por la Amazonia si toman medidas para garantizar que el cuero que compran para sus zapatillas no viene de áreas deforestadas". Esto ya ha ocurrido antes; como cuando Greenpeace siguió el rastro de la soja cultivada en la Amazonia hasta los criaderos que suministran los pollos para los McNuggets de los restaurantes McDonald's. "Con la soja se ha conseguido que las empresas monitoreen las propiedades con satélites para verificar que no se cultiva en áreas deforestadas".

A orillas del río Xingu, donde ha amarrado el hidroavión de Greenpeace, todos los paracaná se han dibujado en el cuerpo gruesas rayas negras, como sombras de troncos de árboles tras las que se ocultaran. Nadiuky nunca ha comido en McDonald's ni se ha calzado unas Nike. Pero la tribu tampoco tiene mucho que ver con aquella que, cuando él tenía unos siete años, fue contactada por primera vez en 1976 por hombres blancos que llegaron con cuchillos, espejos y hamacas de regalo. Hoy todos ellos cubren su cuerpo con ropa y en la aldea hay una escuela llevada por la Fundação Nacional do Índio (FUNAI) —la fundación estatal que se encarga de la tutela de los indígenas, a los que la Ley contempla como menores de edad—. Incluso pueden ver todos juntos la tele cuando no falla el generador eléctrico y captan bien la señal. Lo que sí que no ha cambiado ha sido su dependencia del inhóspito ecosistema que les rodea: "La selva lo es todo para nosotros, es nuestro padre, nuestra madre, lo es todo", explica Nadiuky, que cuenta cómo ese cordón umbilical invisible que les une con el bosque está siendo cortado. Sus territorios han sido invadidos por hombres blancos y ya hay pastos abiertos a sólo 20 minutos en barca. "No pensamos salir de aquí, es nuestro hogar", asegura este paracaná dispuesto a defenderse con su arco y flechas si fuese necesario: "No queremos pastos, queremos árboles".

Las cabañas de hojas de palma y barro de esta tribu se vuelven insignificantes desde la ventanilla del hidroavión, hasta desaparecer engullidas por un inmenso mar de árboles. Como otras reservas indígenas, estas son tierras públicas cedidas por el Estado brasileño para la subsistencia de los paracaná y no pueden ser explotadas ni alteradas de ninguna forma. O así tendría que ocurrir. En su conjunto, tras un importante recorte de sus límites, los cerca de medio millar de paracaná en Apyterewa tienen para vivir y cazar una extensa área de 700.000 hectáreas, cuyas fronteras comienzan a ser carcomidas por la deforestación. "Hay gente que dice que es mucha tierra para tan pocos indios, pero ellos la cuidan, no como los grandes terratenientes que crían ganado", asegura el ecologista brasileño Muggiati, "yo lo que digo es que hay demasiada tierra en manos de un sólo 'fazendeiro' (hacendado)".

Como un eco que recorriera los bordes de la selva ocupados por humanos, esta es la reivindicación de muchos campesinos que viven en la Amazonia brasileña: "demasiada tierra en manos de un sólo 'fazendeiro'". Y esto explica, en parte, que a las puertas de muchas haciendas de estos terratenientes haya campamentos del movimiento de los Sin Tierra que piden su expropiación y redistribución, de acuerdo a la reforma agraria de Brasil. La situación se vuelve todavía más complicada por la poca fiabilidad de muchos de los títulos de propiedad de las tierras. Hasta no hace mucho, bastaba hacerse con unos documentos falsos y meterlos en una caja con grillos. Al cabo de un tiempo, salían transformados en unos viejos títulos llenos de agujeros de las primeras colonizaciones. Esta burda trampa da hoy nombre a los falsificadores de propiedades, "grileiros", y a la usurpación de tierras, "grilagem". Hoy estas mafias utilizan sistemas más sofisticados y la selva se vende en grandes parcelas en Internet: es el "cibergrilagem".

Todo esto ha cobrado máxima actualidad en los últimos días en Brasil por la aprobación en el Congreso y en el Senado del país de la "Medida Provisória 458/2009", una ley que supone la legalización de la mayor parte de las ocupaciones de tierras públicas de la Amazonia hasta 2004. Según Greenpeace, una superficie equivalente a 67 millones de hectáreas, más que toda España. El texto, al que se opone de manera frontal Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente del Gobierno de Lula, pretendía de forma original acabar con el caos jurídico existente con la propiedad de las tierras para a la vez introducir mayores requisitos ambientales y de reforestación. Sin embargo, la ley definitiva en la que debe estampar ahora su firma Lula es vista por los grupos conservacionistas como toda una "privatización" de la Amazonia. Así lo piensa también Marina Silva, que en el Parlamento de Brasil recordaba con rabia como Chico Mendes fue asesinado justamente por combatir el "grilagem" y las ocupaciones ahora legalizadas.

(*) Fuente de la noticia: CLEMENTE ÁLVAREZ para SOITU.ES

Leer más