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martes, 16 de junio de 2009

Receta contra el cambio climático

El pionero del cambio climático Wallace S. Broecker llega a España con una receta para afrontarlo: reducir el consumo, capturar CO2 y potenciar las energías renovables

El padre de la teoría del cambio climático, Wallace S. Broecker, pasó este lunes por Madrid para recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento , del que ha sido ganador en la categoría de Cambio Climático. Precisamente un 15 de junio, pero de 1952, este activista confeso comenzaba a trabajar en el Observatorio Terrestre de la Universidad de Columbia (EEUU), donde hoy es catedrático. Perfecto conocedor de la evolución del clima y la química de los océanos, Broecker fue el primer científico que, en 1975, definió el cambio climático en un artículo de la revista Science.

El científico estadounidense está convencido de que las energías renovables no van a conseguir producir la energía suficiente para poder sustituir a los combustibles fósiles, al menos en los próximos 50 años. Durante ese tiempo, las necesidades de energía se van a ir incrementando exponencialmente, multiplicadas por el desarrollo de economías emergentes. Y, con ellas, crecerán las emisiones de dióxido de carbono.

Broecker señala que "los grandes cambios climáticos se han negociado de algún modo en los océanos, en la cantidad de CO2 que estos absorben de la atmósfera. Pero los océanos únicamente son capaces de captar el 35% del CO2, por lo que, a ese ritmo, hasta el año 2075 en el mejor de los casos, no serían capaces de enfriar el planeta".

En este contexto, el experto ve como única alternativa un sistema híbrido, en el que, por un lado, se siga impulsando el desarrollo de las energías alternativas y, al mismo tiempo, se capture CO2 de la atmósfera. Más aún teniendo en cuenta que, en su opinión, "es necesario reducir las emisiones de CO2 en un 90%".

Para defender esta teoría, Broecker se apoya en las investigaciones de su colega de la Universidad de Columbia Klaus Lackner, que ha desarrollado un sistema mediante el cual es posible capturar el dióxido de carbono.

DESTINO: LOS ACUÍFEROS
El almacenamiento podría realizarse en los acuíferos de agua dulce, en el fondo marino, inyectándolo en las rocas basálticas o en las regiones polares, pero esta es la opción más remota. "La ventaja de los acuíferos", señala el experto, "es que todos los países poseen algunos y no serían necesarios tratados internacionales". Precisamente Noruega, según indica Broecker, "lleva cerca de siete años almacenando CO2 en un acuífero arenoso debajo del mar del Norte, con resultados bastante satisfactorios".

Broecker explica que los países industrializados han emitido ya mucho CO2, especialmente EEUU, y hay que hacerse "responsable de ello. Es necesaria la creación de una agencia internacional que se ponga ya manos a la obra", añade.

El científico precisa que la Unión Europea ya ha mantenido importantes reuniones para desbloquear presupuestos destinados a este propósito. No obstante, asegura: "El asesor científico del presidente Obama me dijo en persona que se prevé la puesta en marcha de 50 proyectos pilotos para capturar CO2". De hecho, el propio Broecker participa en uno de estos programas en Islandia.

El próximo mes de diciembre se celebra la Cumbre de Copenhague, en la que se deberían definir los límites de emisión de CO2 de cada país para sustituir el Protocolo de Kioto. El experto cree que, a diferencia de lo que pasó en otras cumbres, "esta vez la aportación de EEUU será positiva". Subraya, en todo caso, que es necesaria la concienciación de países como China, además de superar barreras políticas de antaño, "como las del bufón que teníamos de presidente y que se encomendaba únicamente a lo que le dictaba su señor", ironiza, en referencia al ex presidente de EEUU, George W. Bush.

MÁS GRAVE PARA EL HEMISFÉRIO NORTE
En la actualidad, los últimos estudios paleoclimáticos que dirige Broecker desde hace un año y medio se encaminan a demostrar que el clima puede sufrir bruscos cambios en períodos, incluso inferiores a 20 años. Basándose en datos de lagos cerrados y de las estalagmitas en cuevas, el científico desarrolla patrones de precipitaciones, "que se van reduciendo; a diferencia de lo que sucedió en la época glacial, el ecuador térmico se moverá hacia el hemisferio norte, que se calentará más, moviendo consigo las precipitaciones".

(*) Fuente de la noticia: David Bollero para diario Público

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