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martes, 18 de diciembre de 2012

¡Felices Mentiras y Prosperos Prejuicios!

Como es costumbre las últimas navidades la empresa Campofrío ha preparado un anuncio especial para estos días en el que, como es norma desde hace años en el mercado publicitario, se obvia el producto para centrarse en una llamada a la sensibilidad cómplice del espectador.

Yo la verdad es que no veo que puede tener de entrañable una propaganda sensiblera montada con la única intención de vender salchichas a cholón... ¡Caspafría! Vaya si es que realmente hasta se respira magia en el aire en las naves industriales donde engordan a esos pobres animales hacinados que jamás verán la luz del sol...

http://www.investigacionesanimales.org/campomuerte

Esta misma empresa realizó hace unos años otro anuncio en el que intentaba ridiculizar a los vegetarianos presentándonos como personas semi-idiotas y reprimidos incapaces de disfrutar de la comida...

http://youtu.be/bz3wMkbKgyo

¡Felices mentiras y prosperos prejuicios!

Para leer un magnífico análisis del anuncio bajo el título "La España de Campofrío nos hundirá en la miseria" firmado por Iñigo Sáenz de Ugarte para elDiario.es entra aquí:

http://www.eldiario.es/zonacritica/Espana-Campofrio-hundira-miseria_6_81601844.html

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martes, 27 de abril de 2010

Un motivo más para hacerse vegetariano

La siniestra industria alimentaria presenta un nuevo avance: cómo convertir despojos en filete. Próximamente en nuestros frigoríficos gracias a la Comisión Europea

La Comisión Europea ha autorizado la comercialización en los países de la UE de una enzima animal que une trozos de carne en un filete. Suecia se ha posicionado votando en contra en la reunión de marzo al considerarlo “una traición al consumidor”, pero el resto de países y la Comisión Europea dieron su respaldo.

Geert van der Velden, el responsable de Fibrimex en la empresa fabricante, Sonac, afirma que está “deseando ir a elBulli a enseñarle el aditivo y lo que puede hacer”. Este producto pega los trozos de carne, incluso de diferentes clases si es necesario. En su opinión al mirar un filete hecho mediante este proceso de pegado "no notarías la diferencia. Solo si te fijas mucho verías una unión”. También dicen que se trata de un producto incoloro e insípido. “Para hacer un filete a veces sobran partes de carne de gran valor, así que con este método evitas tener que picarla, por eso es muy interesante para las empresas. Además, al estar casi toda la producción automatizada esto te permite filetes del mismo tamaño y forma”, añade Van der Velden.

Para fabricar esta sustancia se recoge en el matadero el plasma del cerdo o de la vaca y se extraen el fibrinógeno y la fibrina del plasma. La trombina transforma el fibrinógeno en fibrina. Esta fibrina interactúa con el colágeno de la carne, lo que une los distintos trozos de carne. El producto, una patente holandesa de un organismo público de investigación, se utiliza en Holanda y EE UU desde hace más de 15 años.

En España, según el distribuidor de Fibrimex, ya hay empresas realizando pruebas para adaptarlo a su producción. El Centro Tecnológico de la Carne de Galicia experimentó con esta sustancia y con la transglutaminasa, otra enzima que también pega la carne y que no se considera un aditivo, por lo que su aprobación ha sido más sencilla. Esta transglutaminasa la fabrica la empresa japonesa Ajinomoto. “Hay restaurantes con una estrella Michelin que ya utilizan estos compuestos para crear productos nuevos. Nosotros lo popularizamos”, resume Van der Velden.

Lo que está claro es que últimamente la Unión Europea está tomando decisiones pensando más en su industria que en sus ciudadanos (ya pasó con las patatas transgénicas), y ésta no es la Europa que yo quiero. Sólo Suecia ha demostrado sentido común al tildar esta insólita decisión de "fraude al consumidor".

(*) Fuente de la noticia: Rafael Méndez (diario El País)

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martes, 13 de octubre de 2009

Cerdos climáticos

Falacias y mentiras de lo más puercas abonan el camino hasta la decisiva conferencia de diciembre en Copenhague sobre el calentamiento global

Mientras el planeta se sigue calentando y el caos climático aumenta, las negociaciones sobre el tema en Naciones Unidas van de mal en peor. Reunidos a principios de octubre en Bangkok, Tailandia, para discusiones preparatorias de la decimoquinta Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (que sesionará en Copenhague en diciembre), el ambiente no puede estar más tenso ni más caliente, en todo sentido.

Un ejemplo de lo perverso que pueden ser las propuestas en este ámbito: la mitad de los proyectos que México ostenta en la Convención de Cambio Climático como "desarrollo limpio" y "solución" para mitigar los gases de efecto invernadero son ¡granjas de cría industrial de cerdos! Aunque parezca ciencia ficción, una de ellas es Granjas Carroll de México, famosa en el mundo por haber creado en sus pestilentes fábricas de cerdos el virus de la gripe porcina. Las aguas, el suelo y el aire alrededor de sus instalaciones están grave e impunemente contaminados, los campesinos y pobladores de la zona viven enfermos y cuando protestan por sus derechos, los reprimen y llevan a juicio. Pero en Naciones Unidas, Granjas Carroll, con espaldarazo oficial, se presenta como "solución ambiental". ¿Cómo es posible una situación tan grotesca?

ESPECULANDO CON EL CO2
Una de las peores trampas que acompañaron el establecimiento del Protocolo de Kyoto (parte de la Convención de Cambio Climático), es que los gobiernos aceptaron que en lugar de reducir efectivamente las emisiones de gases de efecto invernadero en fuente, los países del norte y empresas que más los producen pueden pagar a otros (que tengan menos emisiones) para seguir contaminando, sea a través de fondos manejados por gobiernos, o a través de mercados privados de carbono. Esto no mejora el cambio climático, pero ha dado lugar a nuevas fuentes de negocios y especulación financiera con mercados primarios y secundarios de bonos de carbono. Peor aún, los llamados "sumideros de carbono", con los que las empresas compran su derecho a contaminar, son pingües negocios para las mismas u otras grandes trasnacionales, como es el caso de las extensas plantaciones de monocultivos de árboles, con enormes impactos ambientales y sociales.

Una forma de este perverso mercado es el llamado "Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)", que existe dentro de la Convención de Cambio Climático. Se basa en compensar a las empresas por "evitar" la hipotética emisión futura de más gases de efecto invernadero. La mayoría de los proyectos dentro del MDL favorecen a empresas tremendamente contaminantes y dañinas al medio ambiente, porque la compensación se da en comparación a lo más sucio que sería la producción sin el proyecto presentado. Esta contabilidad no contempla lo realmente necesario: que este tipo de producción debe desaparecer. Existen opciones realmente "limpias" y sustentables, en este caso, la producción agrícola y pecuaria campesina, descentralizada y de pequeña escala.

El proyecto MDL de Granjas Carroll es un emprendimiento conjunto de ésta (propiedad de la trasnacional Smithfield, la mayor productora gobal de cerdos, pero se presenta como contraparte de México), Cargill Internacional SA, desde su sede en Suiza, y Ecosecurities Ltd del Reino Unido. La última es una empresa trasnacional de transacciones con bonos y créditos de carbono.

HACINANDO QUE ES GERUNDIO
La actitividad del proyecto es la "recuperación de metano" (un importante gas de efecto invernadero), alegando que se producirá biogás para generar electricidad, con parte del metano que se emite en las inmensas y contaminantes lagunas de excrementos de cerdos. El proyecto es mínimo en relación con las emisiones y múltiples otros impactos de Granjas Carroll, y justifica la producción industrial, ya que para captar la cantidad de gas alegada, los animales deben estar concentrados, y el excremento líquido. Los gases emitidos por el excremento de ganado, si no estuvieran confinados y en enormes cantidades, serían muchísimo menores o neutrales, porque la materia fecal de animales en campo abierto, se seca y es absorbida en forma natural en el suelo, sirviendo además como fertilizante que favorece el crecimiento de pastura que absorbe y retiene carbono.

Por el contrario, la lógica de Granjas Carroll y los otras empresas de cría industrial de animales es que se les debe pagar por manejar el problema que ellos mismos causan.

JUSTICIA CLIMÁTICA YA

¿Alguien cree que así se podrá enfrentar el cambio climático? Los gobiernos tampoco. Algunos, como Bolivia y otros del ALBA, plantean que la situación es demasiado grave y no tolera más farsas. Exigen reducción drástica de emisiones y el reconocimiento de la "deuda climática" histórica de las trasnacionales y países del Norte. Pero los países de Norte y muchos del Sur, como México, siguen discutiendo mecanismos de mercado y hasta quieren aumentarlos, incluyendo dentro de un próximo protocolo la agricultura industrial en totalidad, no sólo la pecuaria. Así, los devastadores monocultivos transgénicos, como la soya en los países del sur de América Latina, podrían ser subsidiados por este mecanismo de desarrollo tan sucio.

Aunque la lucha es desigual, muchas organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales están denunciando la situación y se preparan para manifestarse de muchas formas, en paralelo a la Cumbre de Copenhague. La consigna que los reúne es ¡Justicia climática ya!

(*) Artículo redactado por Silvia Ribeiro (Investigadora del Grupo ETC) para el diario mexicano La Jornada

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viernes, 5 de septiembre de 2008

La Carne y el CO2; la Ética y el Instinto

La ganadería genera más emisiones de dióxido de carbono que la industria del transporte.

En España, un país con un desarrollo medio-alto de su sector ganadero, el 11% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero son generadas por la producción de carne para consumo humano. La Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) señala además en un informe que la ganadería no sólo contamina el aire, sino también la tierra y los depósitos de agua subterránea.

La FAO viene alertando de este problema desde hace décadas, pero hasta ahora no se han tomado medidas, y el problema se agrava conforme los países en desarrollo van ganando en prosperidad y "gracias" a la globalización no dudan en adoptar costumbres y valores occidentales, como el consumo diario de carne y lácteos, de tal manera que la producción no ha parado de crecer. Actualmente se estima en unas 229 millones de toneladas anuales de carne, pero de seguir el ritmo actual de consumo esta cifra será duplicada en 2050.

Desgraciadamente el coste de ese crecimiento e industrialización del sector ganadero lo paga principalmente el medio ambiente. El uso de la tierra y cultivos para ganadería genera el 9% del total del CO2 derivado de las actividades humanas, pero además genera el 65% del óxido nitroso, un 37% del gas metano, y el 64% de amoníaco, contribuyendo todos ellos al fenómeno conocido como lluvia ácida. Estos gases proceden del estiércol, de los desechos y de los gases intestinales de estos animales.

Deforestación, contaminación de las aguas, y perdida de biodiversidad.

¿Sabías que el 33% de toda la superficie cultivable del mundo se destina ya a producir alimento para el ganado? En algunas zonas del mundo (como la selva amazónica), se está transformando la selva en terrenos cultivables, y cada día son deforestadas por esta razón decenas de miles de hectáreas en todo el mundo. Al mismo tempo, los rebaños causan una gran degradación de la tierra, y cerca del 20% de los terrenos de pasto son ya inutilizables por la compactación y erosión de la tierra que origina el pastoreo excesivo e intensivo. La situación es aún peor en las terrenos más secos, donde inapropiadas políticas y un mal manejo del ganado contribuye a acentuar el problema de la desertificación.

Otra amenaza oculta de la ganadería es que contribuye a la polución del agua con sus deshechos (estiércol y orines), los cuales vienen además acompañados por los antibióticos y las hormonas con que la ganadería industrial trata al ganado (lo cual es todo un problema en sí mismo). También son una fuente de contaminación los químicos que se utilizan para el teñido y curtido de los cueros, y los fertilizantes y pesticidas usados para pulverizar los campos con los que se alimenta el ganado.

La biodiversidad también se ve alterada por la presencia de ganado en amplias extensiones del planeta y su demanda de alimento: 15 de los 24 ecosistemas más importantes están seriamente dañados, y es evidente que la ganadería es la principal responsable.

Un problema ético.
Está claro que la producción de carne no sólo constituye un problema medioambiental, sino también ético, y esto sin siquiera entrar en el debate sobre el maltrato animal que esta industria ganadera lleva a cabo. La cuestión es: ¿vale la pena destruir parte del planeta para poder comer un trozo de carne o beber un vaso de leche, cuando existen formas alternativas para alimentarse? Es necesario racionalizar un consumo de carne que en la actualidad ronda los 90 kg por persona y año en los países ricos, cantidad que excede ampliamente la necesidad de proteinas considerada como óptima.

Así que lo razonable sería una reducción de la presencia de carne en muestra dieta diaria, y cuando la comamos mejor si nos aseguramos de que la carne sea de producción local, alternando además las especies que consumamos.

La alternativa vegetariana.
Entiendo que no todo el mundo esté dispuesto a dejar de consumir carne, pero si de verdad te gusta comer apreciarás probar otros platos y una mayor variedad en tu dieta. Y comer menos carne te ayudará a descubrir esa inmensa variedad de platos e ingredientes que aún no has tenido orpotunidad de degustar.

Existen muchos restaurantes especializados en cocina vegetariana, así como miles de libros con recetas, e infinidad de sitios de internet donde descubrir por tí mismo todos los sabores que te estabas perdiendo al comer carne con demasiada frecuencia. Yo mismo hace ocho años que decidí no volver a consumir carne, y sigo haciendo deporte y disfrutando de la comida como antes.

Instinto trágico.
A todos aquellos que citan el sabor de la carne como la razón principal para no dejar de comerla les haría una pregunta: ¿seguirías comiendo jamón si supieras que en realidad para elaborar lo que comes han utilizado carne humana? Seguro que no. ¡Pero si el sabor es el mismo! ¿Es entonces el sabor lo más importante a la hora de comer, o no? Así que también estamos condicionados a la hora de alimentarnos por la educación, la cultura, la moral.. ¿Hay entonces una ética por encima de tu instinto? Pues acuerdate de ella cada vez que comas, ya que es precisamente esa ética la que te hace persona y te distingue del animal, no tu instinto. Piensa en ello... y sal del rebaño.

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