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martes, 27 de abril de 2010

Un motivo más para hacerse vegetariano

La siniestra industria alimentaria presenta un nuevo avance: cómo convertir despojos en filete. Próximamente en nuestros frigoríficos gracias a la Comisión Europea

La Comisión Europea ha autorizado la comercialización en los países de la UE de una enzima animal que une trozos de carne en un filete. Suecia se ha posicionado votando en contra en la reunión de marzo al considerarlo “una traición al consumidor”, pero el resto de países y la Comisión Europea dieron su respaldo.

Geert van der Velden, el responsable de Fibrimex en la empresa fabricante, Sonac, afirma que está “deseando ir a elBulli a enseñarle el aditivo y lo que puede hacer”. Este producto pega los trozos de carne, incluso de diferentes clases si es necesario. En su opinión al mirar un filete hecho mediante este proceso de pegado "no notarías la diferencia. Solo si te fijas mucho verías una unión”. También dicen que se trata de un producto incoloro e insípido. “Para hacer un filete a veces sobran partes de carne de gran valor, así que con este método evitas tener que picarla, por eso es muy interesante para las empresas. Además, al estar casi toda la producción automatizada esto te permite filetes del mismo tamaño y forma”, añade Van der Velden.

Para fabricar esta sustancia se recoge en el matadero el plasma del cerdo o de la vaca y se extraen el fibrinógeno y la fibrina del plasma. La trombina transforma el fibrinógeno en fibrina. Esta fibrina interactúa con el colágeno de la carne, lo que une los distintos trozos de carne. El producto, una patente holandesa de un organismo público de investigación, se utiliza en Holanda y EE UU desde hace más de 15 años.

En España, según el distribuidor de Fibrimex, ya hay empresas realizando pruebas para adaptarlo a su producción. El Centro Tecnológico de la Carne de Galicia experimentó con esta sustancia y con la transglutaminasa, otra enzima que también pega la carne y que no se considera un aditivo, por lo que su aprobación ha sido más sencilla. Esta transglutaminasa la fabrica la empresa japonesa Ajinomoto. “Hay restaurantes con una estrella Michelin que ya utilizan estos compuestos para crear productos nuevos. Nosotros lo popularizamos”, resume Van der Velden.

Lo que está claro es que últimamente la Unión Europea está tomando decisiones pensando más en su industria que en sus ciudadanos (ya pasó con las patatas transgénicas), y ésta no es la Europa que yo quiero. Sólo Suecia ha demostrado sentido común al tildar esta insólita decisión de "fraude al consumidor".

(*) Fuente de la noticia: Rafael Méndez (diario El País)

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